Durante las primeras dos décadas desde principios de la década de 1990, la mayoría de los estudios que se llevan a cabo sobre los efectos de los videojuegos se centraron en sus posibles efectos secundarios negativos. Los investigadores han buscado descubrir si los videojuegos pueden llevar a comportamientos violentos y/o antisociales, y si el juego extensivo puede llevar a otros efectos negativos en la salud o la psique de una persona.
En 2015, el Dr. Mark Appelbaum, de la Asociación Americana de Psicología (APA), llegó a la conclusión de que los datos de más de 300 estudios realizados entre 2005 y 2013 mostraban una relación consistente entre la práctica de videojuegos violentos y un aumento de la conducta agresiva, "pero no existen pruebas suficientes sobre si la relación se extiende a la violencia criminal o a la delincuencia" (APA, 2015). En contraste, la Dra. Cheryl Olson y su equipo del Hospital General de Harvard/Mass han encontrado que los juegos violentos son una salida para el estrés y la agresión.
Otro posible efecto secundario negativo de los videojuegos es la "desensibilización". Un estudio del Dr. Alessandro Gabbiadini de la Universidad de Milán Bicocca con el profesor de la Universidad Estatal de Ohio, el Dr. Brad Bushman, y otros, sugirió que "los jóvenes jugadores masculinos que se identifican fuertemente con los personajes masculinos en los videojuegos sexistas y violentos muestran menos empatía que otros hacia las víctimas de la violencia femenina" (Grabmeier, 2016, párrafo 1).
La adicción a los videojuegos también se ha convertido en una realidad para algunas personas, especialmente para los jugadores de juegos que nunca terminan, como en los títulos multijugador masivos en línea (MMO). Investigadores de la Facultad de Medicina de la Universidad de Stanford han encontrado evidencia de que los videojuegos poseen características adictivas.
Psicóloga clínica y fundadora de Computer Addiction Service Dr. Maressa Hecht Orzack ha afirmado que hasta un 40% de los jugadores que juegan a World of Warcraft han sido adictos al juego (Dale y Lewis, 2016, p. 495). Numerosos países como Corea del Sur, China, los Países Bajos, Canadá, Australia y los Estados Unidos han establecido centros de adicción especializados en la adición de videojuegos.
Mientras que se necesita más investigación para determinar todos los factores de riesgo para que los videojuegos causen un comportamiento agresivo o adición, el juego excesivo de videojuegos (como cualquier otra actividad) puede ciertamente interrumpir la vida social de una persona, las prioridades de la escuela y/o el trabajo, junto con la salud física de la persona.
Demasiadas horas frente a cualquier pantalla sin suficiente actividad física pueden resultar en serios problemas de salud, tales como obesidad e incluso la muerte en algunos casos. Aunque son pocos, ha habido informes de jugadores como Chen Rong-Yu de New Taipei (2012) que fueron encontrados muertos después de jugar videojuegos durante más de 23 horas consecutivas. La causa de muerte en estas ocasiones suele ser un paro cardíaco.